Durante la primera mitad del siglo XX, los artistas rusos fueron testigos de las dos guerras mundiales, de la Revolución de octubre y de muchos otros acontecimientos que reconfiguraron el pensamiento, tanto en términos estéticos como políticos. La búsqueda de nuevos mundos por la vía política no fue ajena a la producción artística soviética, misma que se estudia en las páginas de este libro.